Especial, único, inolvidable, divertido… son algunos de los adjetivos que utilizan los jóvenes para describir su experiencia en el Camino de Santiago.
¿Os imagináis poder tener la oportunidad de hacer el Camino durante el curso con vuestros amigos? ¿Disfrutar de los paisajes y la gastronomía que nos regala Galicia?
El Camino de Santiago con escolares es una experiencia que se prepara desde los colegios, junto con nuestro equipo de Guía Camino de Santiago, con mucho cariño e ilusión.
Aquí os dejamos algunas de las razones por las que hacer el Camino de Santiago sería una excelente opción:
Valores que genera en los jóvenes:
Durante estas etapas se establecen vínculos entre los jóvenes, se ayudan unos a otros, se cuidan y comparten lo que tienen, se desarrollan valores como el compañerismo, el respeto por los demás o la empatía. Es un momento óptimo para descubrir amigos que igual, de otra manera, no hubieran conocido.
Desconectan del día a día, de su rol como alumnos y se convierten en peregrinos, mostrando facetas que muchas veces desconocían porque se han visto en un contexto más informal y natural para mostrarse como son.
Aprenden de sus fortalezas y debilidades acompañados de los profesores que también viven el Camino de la misma forma que ellos.
El Camino de Santiago atraviesa paisajes naturales impresionantes. Los jóvenes tendrán la oportunidad de conectar con la naturaleza y aprender sobre la importancia de cuidar el medioambiente.
El aprendizaje al aire libre favorece que puedan aprender de primera mano sobre el clima o la fauna y la flora de Galicia.
Trabajo en equipo y autoconocimiento:
Es una experiencia compartida con otros peregrinos y compañeros. Tendrán que trabajar juntos para alcanzar su objetivo y apoyarse mutuamente en los momentos difíciles.
También es una oportunidad que da lugar a la reflexión. Los estudiantes tienen tiempo de pararse a pensar, a conocerse mejor a sí mismos.
Experiencia cultural:
Los chicos y chicas podrán sumergirse en la cultura y tradiciones de España y de los peregrinos de todo el mundo y será un buen momento para intercambiar idiomas porque coincidirán con peregrinos de diferentes lugares.
La convivencia hará que estrechen lazos, se potencie la amistad y se cree un sentimiento de comunidad entre compañeros. No cabe duda que la socialización es fundamental para su desarrollo personal.
Menos tecnologías y más contacto:
El uso del móvil se ha convertido en una preocupación para muchas familias y profesores. Es frecuente encontrar a grupos de amigos que quedan para tomar algo y, en vez de estar disfrutando de estar juntos o charlando, no se despegan de sus pantallas.
El Camino de Santiago es el lugar idóneo para desconectar de los móviles y las redes sociales y poder compartir momentos con el grupo y sentir la naturaleza.
Reto en común:
Se combina un desafío tanto físico como mental. El momento de despertarse con los compañeros, coger la mochila y comenzar a andar, disfrutar de cada paso, charla y risas, con una meta en común: llegar a Santiago de Compostela.
Entrar por la plaza del Obradoiro, escuchar a un gaiteiro de fondo, abrazarnos con lágrimas de emoción y sentir que lo hemos logrado es una sensación indescriptible.
El Camino de Santiago atrapa y cautiva. Durante los días de peregrinación afloran muchos sentimientos y emociones compartidas que nunca olvidarán.